No sigas el juego.
La satisfacción llega con cada peldaño escalado y superado. Nada más emocionante que compartir esos triunfos personales con familiares y/o amigos, que vieron el empeño y dedicación que se puso en ello y así llegar a feliz término.
Conocí a una persona que no llevaba mucho
tiempo en la compañía, pero era tan efectiva en el desarrollo de su trabajo,
que los clientes querían que ella los atendiera; decían que no sólo se limitaba
a hacer las actividades asignadas a su cargo, sino que tenía empatía y lograba
identificar lo que necesitaba el cliente.
Lo interesante era que lo hacia parecer fácil y pienso que la razón era
porque le gustaba y eso ayudaba a que se viera empoderada. Pronto fue vista como unos
de los mejores elementos de la compañía e incluso y para sorpresa de muchos fue
ascendida, fue todo un logro. No
obstante, lo que para ella fue un triunfo, para una de sus compañeras y amigas
más allegadas al parecer, no lo fue tanto.
Ya en su nuevo cargo, la dedicación de tiempo y
las responsabilidades fueron mayores y los espacios para compartir con nosotros
fueron menos. Sin embargo, seguía siendo
la misma persona afable de siempre; por lo que no se entendía que su mejor
amiga en el trabajo no lo sintiera de esa forma. Ella comentaba lo engreída que era ahora la nueva jefe, que no rendía en el trabajo y que constantemente le pedía
apoyo para lograr las metas; lo que se tornaba agotador, porque debía cumplir también
con sus propias actividades. La amistad
se estaba fracturando por la, ya no tan amiga y crecía un sentimiento de envidia.
La envidia es un sentimiento que en pocas ocasiones se reconoce por el individuo y que trae consigo frustración, dolor e inferioridad; al no alcanzar lo que se desea y no puede tener.
Algunos
clasifican la envidia en buena o mala y la distinción radica en que en la
primera, presuntamente, no se desea ningún perjuicio a la otra persona. Bajo
ese orden de idea, se hace necesario evaluar que tanto puede afectar su entorno
la persona que tiene ese sentimiento hacia usted y determinar así, que tan
manejable es el tema. El inconveniente
no es sentir la envidia que es cien por ciento una reacción humana, lo que se
mide es el impacto que pueda tener la situación entre las partes relacionadas.
Algunas pautas que le pueden dar una idea, de
si un sujeto siente envidia hacia usted y no menos importante, que permitirá medir el
riesgo que ello conlleva son:
- Con
frecuencia le realiza críticas poco constructivas y en público.
- En ocasiones usted siente que imita su comportamiento, actividades, estilo, etcétera.
- Suele
restar mérito a las ideas o proyectos que usted realice o desee realizar.
- Recurre
a la manipulación para que su entorno no le sea favorable.
Después de tener cierta certeza de que esa es la causa, se puede tratar de crear un acercamiento con la persona para
exponer abiertamente su preocupación. Expresar con empatía que pueden llegar a
una solución y establecer límites que contribuyan a evitar un conflicto
mayor. Si de forma infortunada, no se
logra llegar a un acuerdo, lo recomendable es no engancharse y proseguir con su
vida sin caer en el juego de la persona.
Un sentimiento de envidia fuerte es de por sí
nocivo para quien lo padece; porque puede llegar a experimentar rechazo,
soledad, baja autoestima y gran parte del tiempo lo dedicará a crear
situaciones desfavorables para con el otro sujeto; por tal razón es mejor
evitar una confrontación. De igual forma, tampoco le conviene a usted porque su vida estará
intranquila, no se concentrará en lo realmente importante y puede afectar su rendimiento en la ejecución de sus proyectos y metas.
Gracias y muchos éxitos.😉
No existe envidia de la buena ni de la. Mala, solo es envidia y la. Mejor solución para eso es el. Alejamiento o restar importancia y seguir con tus proyectos y q nada los afecte.
ResponderBorrarHola.
BorrarBuen punto. Creo que las personas tratan de darle un nivel al sentimiento, de ahí la connotación.
Muchas gracias por el comentario.